Hoy no hablaré sobre la obra sino sobre la escritora que hace a la obra. Y haré esto porque la desde la nobleza de una mujer se puede explicar el sentido de sus novelas. Dos novelas que no podrían haberse construido sin el compromiso, la dedicación y por encima de todas las cosas la valentía de enfrentarse con un mundo polarizado entre Israelíes y Palestinos.
Este mundo separado en posturas y susceptible de reconocer que hay una posibilidad de unidad porque antes así fue.
Marina de Chateaubriand es una escritora distinta. Su perfil es bajo y su prosa es elevada. No por su complejidad sino por la forma de encarar desde la literatura el proceso de Paz en Medio Oriente.
Colombiana, argentina, española, norteamericana. En ella se encierran en etapas distintas nacionalidades y en ella se ensamblan lo mejor y lo peor para dar nacimiento a su primera novela titulada “Y extranjero tú fuiste en la Tierra de Egipto”. Allí resalta y recorre Argentina con la sensibilidad y la osadía de la juventud.
Vuelca los sueños, las frustraciones, los miedos y las tentaciones a través de inseparables personajes que caminan en el vértigo. Hablo de la adrenalina de los jóvenes y de la presencia, tan importante y necesaria de quienes construyeron la historia Argentina.
Lo autóctono en canciones y poesías. La creencia al mismo tiempo inalcanzable y los primeros contactos con la muerte a través de un dolor y de una necesidad de relatar aquellos años vividos intensamente.
Luego la escritora va por más y escribe lo que es su segunda novela llamada “Las Llaves”. En nos volvemos a encontrar con intensidad entre luces y sombras que parecen acompañar la vida cotidiana de la escritora que lleva un compromiso intenso de trabajo por La Paz.
Un camino de amistad y pérdida entre personajes que hablan, hablaron y hablarán sobre el sentido de la libertad mediante la tenacidad con la que Marina de Chateaubriand se centra cuando sus dedos comienzan a teclear y las imágenes más crueles de la tragedia en la zona de castigo le exigen llevar esperanza y corazonadas de otro mundo a sociedades descreídas, ajenas y olvidadas de lo que es el respeto y la tolerancia sin el espectro de sumisión.
Dos obras que recomiendo. Como también recomiendo su espacio digital en donde también se ve cotidianamente el reino de la pluralidad para despejar esa polarización en la cual aún vivimos.
Diana Sofía Campos para la Cultura en la Sociedad Democrática/ Encuentro de pensadores.
Breve ponencia en el marco del encuentro de pensadores sociales latinoamericanos en Bolivia. Julio 2013.